Usar fertilizantes caseros es una forma económica, ecológica y efectiva de nutrir tus plantas. A menudo, los residuos de cocina y materiales que normalmente descartamos están llenos de nutrientes que tus plantas pueden aprovechar. En lugar de gastar en productos químicos, puedes preparar mezclas nutritivas en casa que favorecen el crecimiento, la floración y la resistencia de tus plantas. En este artículo te explicamos cómo hacer fertilizantes caseros naturales, cómo aplicarlos y qué plantas se beneficiarán más de ellos.
Los fertilizantes naturales tienen múltiples ventajas:
- Son económicos: se elaboran con residuos de cocina o materiales comunes.
- Reducen el desperdicio: aprovechan restos orgánicos como cáscaras, borra de café o agua de cocción.
- Son respetuosos con el medio ambiente: no contaminan el suelo ni el agua.
- Mejoran la estructura del sustrato: enriquecen la tierra a largo plazo.
- Aportan nutrientes esenciales: como nitrógeno, fósforo, potasio y calcio.
El abono más conocido y completo. Puedes hacerlo en casa con restos orgánicos como:
- Cáscaras de frutas y verduras.
- Cáscaras de huevo.
- Borra de café y filtros usados.
- Restos de poda.
- Papel no plastificado.
¿Cómo hacerlo?
- Separa los residuos orgánicos en un recipiente.
- Combínalos con material seco (hojas secas, cartón picado).
- Airea la mezcla cada semana.
- En 30 a 60 días, obtendrás un compost oscuro, sin olor desagradable.
Este compost puede mezclarse con el sustrato o colocarse en la superficie de las macetas.
Las cáscaras de plátano son ricas en potasio, fósforo y calcio, fundamentales para la floración y el fortalecimiento de raíces.
¿Cómo usarlo?
- Infusión de cáscara: hierve 2 cáscaras en un litro de agua, deja enfriar y riega.
- Cáscara seca molida: deja secar las cáscaras, tritúralas y espolvorea sobre la tierra.
Ideal para plantas con flor, como geranios, anturios, rosas o violetas africanas.
La borra de café es rica en nitrógeno y mejora la estructura del suelo, aunque debe usarse con moderación para evitar acidez.
Cómo aplicarla:
- Mezcla con el sustrato (no más del 10% del volumen total).
- Usa como cobertura superficial, combinada con tierra o compost.
- No la uses diariamente: una vez cada 2 o 3 semanas es suficiente.
Especial para plantas verdes como potos, filodendros, helechos o calatheas.
Las cáscaras de huevo aportan calcio, fortalecen las paredes celulares y previenen enfermedades como la podredumbre apical.
Cómo usarlas:
- Lávalas, sécalas y tritúralas hasta obtener un polvo fino.
- Espolvorea sobre la tierra o mézclalas con el sustrato.
También puedes dejar las cáscaras en agua por 3 días, colar y usar ese líquido como fertilizante.
El agua donde cocinas verduras o arroz (sin sal ni aceite) está llena de minerales. No la tires: deja enfriar y úsala para regar tus plantas una vez por semana.
Aporta potasio, fósforo y oligoelementos beneficiosos.
Las lentejas contienen auxinas, hormonas naturales que estimulan el crecimiento radicular.
Preparación:
- Remoja ½ taza de lentejas en 1 litro de agua por 8 horas.
- Licúa, cuela y diluye en más agua (1:1).
- Usa para regar plantas jóvenes o trasplantadas.
El aloe vera es excelente para recuperar plantas estresadas o estimular esquejes.
Uso:
- Mezcla gel de aloe con agua y aplica en el riego.
- También puedes usarlo directamente en esquejes para promover el enraizamiento.
Para que los fertilizantes caseros sean realmente efectivos:
- No abuses: más no es mejor. Aplica cada 15 o 20 días según el tipo.
- Riega antes de aplicar si el sustrato está seco, para evitar quemaduras.
- Alterna tipos de fertilizantes para aportar distintos nutrientes.
- Guarda en la nevera los preparados líquidos si no los usas de inmediato.
Aunque naturales, estos fertilizantes también pueden atraer insectos si no se manejan bien. Evita dejar restos grandes sobre la tierra sin cubrir.
También es importante observar cómo reacciona tu planta: si las hojas cambian de color o aparecen manchas, reduce la frecuencia.
Todos los fertilizantes mencionados se pueden usar tanto en plantas ornamentales como en comestibles. Las hierbas aromáticas, los tomates cherry, lechugas o pimientos cultivados en casa se benefician enormemente de estos nutrientes naturales.
Con pequeños restos de tu cocina y un poco de dedicación, puedes nutrir tus plantas de forma más sostenible, saludable y económica. Los fertilizantes caseros, usados con criterio, son una excelente herramienta para fortalecer el crecimiento, la floración y la resistencia de tus plantas sin recurrir a productos industriales.
Cultivar con conciencia también es alimentar la tierra que sostiene nuestra vida verde. Aprovecha lo que tienes en casa y verás cómo tus plantas lo agradecen con más hojas, flores y vitalidad.